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miércoles, 2 de abril de 2008

HILDEBRANDT DICE QUE BAYLY NO TIENE AUTORIDAD MORAL PARA CRITICAR A LAURA BOZZO

El periodista César Hildebrandt reprobó la actitud de Jaime Bayly en contra de Laura Bozzo, pues según él no es justo el cargamontón hacia la conductora de TV. Sin embargo, aclaró que no le gusta el trabajo de la autoproclamada "abogada de los pobres". "En este país hacen leña del árbol caído y Laura ya lo es. Pero al mismo tiempo me da mucha gracia ver a Jaime como árbitro moral del país. Todo esto me parece una comedia divertida, donde él hace su mejor papel", señaló.Interrogado sobre si cree que Bayly está siendo utilizado para desaparecer a Bozzo Rotondo, dijo: "Sí, a él le encanta ser usado por el poder, por sí mismo o sus demonios. Laura ha recogido la miseria de este país en diferentes aspectos y ha hecho plata con la desgracia ajena, pero para decir eso hay que tener autoridad moral y creo que él no la tiene". Finalmente, el conductor de "Al día con Hildebrandt" sentenció: "No me gusta el programa de Laura, pero tampoco me agradan los tumultos y las venganzas masivas. Laura convirtió la miseria en toda una industria y ganó millones de dólares, pero creo que es indignante que la quieran anular internacionalmente".

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mónica Cabrejos no sólo tiene estudios; también tiene calle

Felicitaciones a Mónica por su excelente labor en BDP.

Lo de Bayly, se veía de lejos que tuvo la intención de desprestigiarla, tanto en su periodismo como en su trayectoria antes de éste (vedette y demás).

Jaimito --motu proprio, ya que asegura que Ximena no lo manda-- ya venía con la pierna en alto, camuflada bajo las faldas de una zalamería hipocritaza.

En todo momento Jaimito trató de justificar a la buenita de Magaly y ponerla a Mónica en la picota. Según Jaimito, a quien había que sentar en el banquillo era a Mónica y no a la que incurrió en la mentira. O sea, el mundo al revés. Para Jaimito, no era Magaly la infractora sino Mónica. Mónica era la advenediza, la insolente, la que no tenía autoridad moral ni rigurosidad periodística por haber informado sobre lo que ya estaba publicado en los diarios.

Por supuesto que Jaimito no solo exhibió, sino que ostentó una actitud benévola, sumisa y temerosa sobre la mentira de Magaly.

Dado el tema, Jaimito debió indagar sobre otros casos similares y contribuir a desnudar esa maquinaria de arreglos que ahora, gracias a Mónica, se conoce como "trampay", o una total estafa al público.

Sin embargo, a Jaimito, una vez más, le sudó la espalda. ¡Qué diferencia contra el viril y ardoroso combate contra Laura Bozzo! "Que vengan todos a denunciarla, hasta pago por eso". ¿Y a Magaly? No, el cerquilludo se puso guantes de seda hasta más allá de los codos y el encaje de sus interiores se le salía por los tobillos. "Con Magaly, no me meto. No es mi amiga, pero, mejor no. ¡Uy qué miedo! Los valientes mueren primero y yo todavía tengo billete por ganar".

Con Mónica, al "Francotirador" le salieron los tiros por la culata.

Sobre comentarios post-entrevista:

Los de Beto Ortiz ("Enemigos Íntimos"): desacertados. En su mente él tiene aún a Mónica como vedette, una chica con busto, piernas y facilidad de palabra que, cual mago, le sirva de partenaire para entretener a la audiencia y traerle el café. Minimiza en todo momento a la periodista y le saca en cara la "gran" trayectoria de Bayly. Según Beto, Bayly es una vaca sagrada a quien una principiante, "que no ha hecho calle, como yo", no puede cuestionar. Tremenda barrabasada la que dice Beto, porque, primero, no hay vacas sagradas y, segundo, porque por muy vaca sagrada que fuera --no lo pueden negar (ni Beto, ni nadie)--, Bayly se orinó de miedo ante la idea de "disparar" contra Magaly.

Los de Fernando Vivas ("El Comercio"): desagradable. Asociar el "vómito" en alusión a una actitud digna y alturada con la que Mónica puso a Jaimito en su sitio y le dio a beber de su propia medicina (ej.: "aplausos para Jaimito", entre otras), aparte de revelar mala leche y ser injusto, es desagradable.

Los de Maritza Espinoza ("La República"): excelente. Maritza no se dejó engañar e interpretó exactamente la alevosía, premeditación y ventaja de un Bayly dispuesto a dejar a Mónica como a una zapatilla y a Magaly como la gran periodista. Dice Maritza, entre otros aciertos:

En la entrevista quedó clarísimo que, aunque lo niegue, el Francotirador es mucho más benévolo con Magaly Medina que con Laura Bozzo porque, de lo contrario, ya hubiera hurgado en casos más escandalosos de "fabricación" de noticias, como el de las prostivedettes –que llegó hasta el Tribunal Constitucional– o, más reciente, el de dos bailarinas que revelaron haber sido pagadas por la producción de Magaly Tevé para escenificar lo que luego fue presentado como un ampay. Cuando se trata de su no-amiga (un poco más y dice que ni la conoce), Bayly prefiere hacerse de la vista gorda. Sus razones tendrá.

Los de Patricia Salinas ("Caretas"): injusto. El querer atribuir todos los logros de Mónica a la sola búsqueda del rating, como sí lo hace Magaly, no es justo. Patricia no considera que los hechos se dieron sin importar si Mónica existía o no, la noticia estaba ahí y Mónica la informó excelentemente, con los rebotes correspondientes y el fingido desinteres de la Medina. Mónica dio un tratamiento profesional al asunto, tratamiento que a muchos periodistas les ha sabido a cosa rara, precisamente por la rareza con que se dan estos tratamientos. En lo que sí acierta Patricia es en llamarle la atención sobre el "off the record", mas no, en el condescendiente "coleguita". Se percibe que Patricia tira definitivamente para Bayly. Y es extraño, pues, ella también pedía que Bayly se manifestara tal como lo hizo con el caso de la Bozzo:

Ella (Magaly) ha confesado que es una emboscada, lo cuente como lo cuente. No hay argumento válido que la respalde. Además, según su moral, habría que darle crédito a cualquier señorita que llegue diciendo cualquier cosa. Eso no es ético y ojalá Jaime Bayly tenga la misma rigurosidad que tuvo con Laura Bozzo para investigarla", manifestó Patricia Salinas, columnista de la revista Caretas

Mónica Cabrejos --para muchos despistados periodistas que dicen que para periodista no se estudia y que el periodismo (como el puterío) se aprende en las calles-- aparte de sus estudios de periodismo, tiene calle. No la calle de ustedes, ni la de otros periodistas que tampoco tienen calle (caso Rosa María Palacios), sino su propia calle (las pruebas están ahí; los diarios, videos y demás lo reportan), una calle recorrida con sangre, sudor y lágrimas. Así que dejen de minimizar a alguien que, hasta por su misma talla, no es minimizable.

PD. Cuentan las malas lenguas que Magaly habría asignado a tiempo completo todo un equipo de investigación ("Objetivo: Mónica") para buscarle y buscarle hasta el último calzón a Mónica. No me extrañaría; Magaly no se autodenomina "perra" por las puras.